Galería de clásicos

 

El libro del Buen Amor

Por Juan Ortiz en Actualidadliteratura.com

El libro del Buen Amor (1330 y 1343) es una miscelánea elaborada por Juan Ruiz, quien ejerció como arcipreste de Hita durante el siglo XIV. Esta obra —también conocida como Libro del Arcipreste o Libro de los cantares— es considerada un clásico de la literatura medieval española. Su composición es extensa, con más de 1.700 estrofas en las que se narra la autobiografía ficticia del autor.

Del libro existen tres manuscritos —S, G y T—, los cuales están inconclusos. De ellos, el “S” o “Salamanca” es el más completo, mientras que los otros contienen solo fragmentos de la obra. Asimismo, su creación presenta dos fechas: 1330 y 1343; esta dualidad es debida a los documentos originales encontrados. La versión “S” (1343) es una revisión del “G”, a la cual se le añadieron nuevas composiciones.

Don Amor vs Arcipreste

El autor comienza el texto teniendo una querella con Don Amor. En primera instancia, lo acusó de ser culpable de los pecados capitales. Además, afirmó que el amor es destructivo, ya que enloquece a los hombres, por lo que recomendó apartarse de su dominio. Para explicar su punto de vista, el Arcipreste hizo usó varios cuentos, entre ellos narró “El asno y el caballo”, como ejemplo de la soberbia en los seres humanos.

Por su parte, Don Amor le respondió brindándole algunas enseñanzas. Para ello utilizó a Ovidio y la adaptación de la obra de la Edad Media: Ars Amandi. En su réplica, este le describió cómo debe ser la mujer físicamente perfecta y las virtudes que tiene que tener tanto de día como de noche. Aunado a esto, le persuadió a buscar una “celestina” —especialista en realizar pociones amorosas— para que le asesorase.

El cortejo de don Melón a doña Endrina

Se trata del relato central del libro. En él, Ruiz adecuó a su obra la comedia humorística medieval: Pamphilus (siglo XII). La narración es en primera persona y tiene como protagonistas a los personajes ya mencionados: don Melón y doña Endrina. En la trama, el hombre buscó a una vieja consejera —Trotaconventos— para lograr conquistar a la dama en cuestión.

Es importante acotar que, si bien el amor carnal juega un papel crucial, en varias ocasiones se hace alusión a lo importante que es estar cerca del amor de Dios.

La Trotaconventos se puso en acción, buscó a doña Endrina y la convenció de encontrarse con don Melón en su vieja casa. Una vez se reunieron, se presume —por falta de páginas de los manuscritos— que tuvieron relaciones íntimas.

Fue así como —a costa de engaños y trampas— finalmente se acordó el matrimonio entre ambos. La estrategia de la consejera fue simple, pero efectiva: la única manera de limpiar la honra de la mujer era con el casamiento.

Aventuras en la sierra de Segovia

Este es otro de los destacados cuentos del Arcipreste. Aquí relata su paso por la sierra de Segovia, donde conoció a varias pueblerinas. La primera de ellas fue “La chata”, una mujer vulgar sin ningún tipo de vergüenza. Abiertamente, esta acostumbraba a pedir regalos a cambio de favores de índole sexual. Hábilmente, el hombre logró fugarse de esta y de otras jóvenes de Somosierra.

En el camino de huida, consiguió a otra serrana en la falda de la montaña. Dicha mujer era más “bárbara” que las otras. El Arcipreste le solicitó asilo, y a cambio, ella le pidió algún tipo de pago —sexual o material—. Esta vez, el hombre, cohibido por la imponente fémina, cedió y aceptó la petición.

Contienda entre don Carnal y doña Cuaresma

Luego de unos cantares a la virgen —por la cercanía de la Semana Santa—, se presenta el cuento alegórico sobre la batalla entre don Carnal y doña Cuaresma. Aquí, el autor refleja el común enfrentamiento entre los deseos mundanos y la espiritualidad. El texto se narra a manera de  parodia y está inspirado en los cantares de gesta medievales.

Don Carnal reunió un fuerte e imbatible ejército. Sin embargo, el gusto de su grupo por la comida y el vino hizo que fueran en mal estado al campo de batalla. Aquello permitió que el enfrentamiento fuera más equilibrado, y doña Cuaresma aprovechó al máximo la ventaja y logró la victoria. Una vez derrotado, don Carnal fue tomado como prisionero y se le impuso una dura penitencia.

Ultimas historias de amor del Arcipreste

El Arcipreste no descansó en la búsqueda del amor, trató y trató de conseguirlo en otras tantas aventuras. En todas ellas volvió a pedirle ayuda a Trotaconventos. Una de las recomendaciones de la vieja celestina fue enamorar una viuda, sin embargo, la agasajada no se convenció del todo y el hombre falló. Luego de aquello, el protagonista intentó con una dueña, pero tampoco tuvo éxito.

Seguidamente, Trotaconventos le sugirió que debía intentarlo con una monja llamada Garoza. El Arcipreste trató de enamorarla, pero la mujer se aferró a sus votos divinos y al poco tiempo murió. El hombre continuó sus aventuras, y luego de tanto tropiezo, pudo tener un pequeño romance con una mora.

Poco tiempo después de ese corto triunfo, la celestina murió. Aquella pérdida, por supuesto, afectó notablemente al protagonista. Tras otras cantigas a la virgen y agasajos a Dios, el Arcipreste terminó el libro dando nuevamente instrucciones de cómo interpretarlo.

El autor: Juan Ruiz, arcipreste de Hita

Juan Ruiz fue un eclesiástico y arcipreste de Hita —municipio español de la provincia de Guadalajara—. Los datos sobre su origen y vida son escasos, lo poco que se sabe es deducido de esta única obra: El libro del Buen Amor. Se presume que nació en 1283 en Alcalá de Henares y estudió en Toledo, Hita o una zona cercana.

También se especula que tuvo importantes conocimientos musicales, los cuales se ven reflejados en su léxico preciso sobre el tema. Algunos suponen —por el Manuscrito Salamanca— que fue detenido por orden del arzobispo Gil de Albornoz, aunque muchos críticos difieren de esa teoría. Según varios documentos, se conjetura que su fallecimiento se registró en el año 1351; para ese entonces ya no ejercía como arcipreste de Hita.

Disputa sobre su ciudad natal

Los medievalistas Emilio Sáez y José Trenchs afirmaron en el Congreso del año 1972 que la ciudad natal de Juan Ruiz fue Alcalá la Real —Benzayde (1510c)—. Ellos, además, aseveraron que en ese lugar pasó, aproximadamente, unos 10 años de su infancia. Toda esta información fue recopilada tras una larga investigación de los especialistas; sin embargo, dicho estudio no pudo concluirse debido a la inesperada muerte de ambos.

Por su parte, el historiador español Ramón Gonzálvez Ruiz expresó lo siguiente en una sesión plenaria del 2002: “A lo largo de su libro Juan Ruiz ha ido sembrando datos de su biografía personal. Él debió nacer en Alcalá, como sugiere el verso famoso con que Trotaconventos saluda a la mora de parte del arcipreste: «Fija, mucho os saluda uno que es de Alcalá» (estrofa 1510a)”.

Hoy por hoy, ninguna de las dos teorías han sido confirmadas por una fuente clara, y ambas ciudades todavía luchan por el reconocimiento. No obstante, la mayoría se inclina a la hipótesis de Gonzálvez Ruiz, ya que Alcalá de Henares (Madrid) es una ciudad cercada a Hita (Guadalajara).

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Manuel Rivas, el principal exponente de la literatura gallega contemporánea

Por Juan Ortiz en Actualidadliteratura.com

Manuel Rivas es un escritor español considerado uno de los más destacados exponentes de la literatura gallega contemporánea. Durante su carrera se ha dedicado a la elaboración de novelas, ensayos y obras poéticas; lo que él mismo denomina como un “contrabando de géneros”. Muchos de sus libros han sido traducidos a más de treinta idiomas, y algunos, adaptados al cine en varias ocasiones.

De igual modo, el literato gallego ha sobresalido por su labor en el ámbito periodístico. Este trabajo ha quedado plasmado en su recopilación: El periodismo es un cuento (1994), el cual es usado como texto de consulta en las principales facultades de Ciencias de la Información en España.

Biografía

El escritor y periodista Manuel Rivas Barrós nació en La Coruña el 24 de octubre de 1957. Provino de una familia humilde, su madre vendía leche y su padre laboraba como albañil. Pese a las vicisitudes, logró cursar sus estudios en IES Monelos. Años más tarde —mientras trabajaba como periodista— cursó y obtuvo su título en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid.

Trabajos periodísticos

Rivas ha tenido una larga trayectoria como periodista; ha incursionado tanto en medios de comunicación escritos, como en radio y televisión. Con tan solo 15 años realizó su primer trabajo en el diario El Ideal Gallego. En 1976, ingresó a la revista Teima, una publicación redactada en gallego.

Destaca en su carrera su paso por la revista española Cambio 16, donde terminó siendo subdirector y encargado del área de cultura de El Globo. En cuanto a su participación en el ámbito radiofónico, reinauguró en 2003 —junto a Xurxo Souto— Cuac FM (radio comunitaria de La Coruña). En la actualidad, y desde 193, ejerce de redactor en el diario El País.

Carrera literaria

Rivas escribió sus primeros poemas en los años 70, los cuales publicó en la revista homónima del grupo Loia. A lo largo de su trayectoria como poeta ha presentado nueve poemarios y una antología llamada: El pueblo de la noche (1997). Dicho libro esta complementado con un disco, en el cual él mismo recita docede sus composiciones.

De igual modo, el escritor ha incursionado en la creación de novelas con un total de diecinueve publicaciones. Su primer trabajo en este género tiene el nombre de Un millón de vacas (1989), el cual contiene cuentos y poemas. Con esta obra, Rivas alcanzó por primera vez el lauro de la Crítica de narrativa gallega.

Durante su carrera ha publicado varias obras que le han dado notoriedad, tal como la colección de relatos ¿Qué me quieres, amor? (1995). Con esta logró obtener los premios Nacional de Narrativa (1996) y Torrente Ballester (1995). Dentro de esta la recopilación se encuentra: La lengua de las mariposas, cuento adaptado al cine en 1999 y ganador del premio Goya al mejor guion adaptado en el año 2000.

Entre sus trabajos más relevantes podemos mencionar: El lápiz del carpintero (1998), Las llamas pérdidas (2002), Nosotros dos (2003), Todo es silencio (2010) y Las voces bajas (2012). El último libro presentado por este autor es Vivir sin permiso y otras historias de oeste (2018), compuesto por tres novelas cortas: El miedo de los erizos, Vivir sin permiso y Sagrado mar.

Mejores libros de Manuel Rivas

¿Qué me quieres, amor? (1997) Es un libro compuesto por diecisiete relatos que describen varias temáticas sobre las relaciones humanas, tanto tradicionales, como actuales. En esta obra, que plasma el talante periodístico del autor, el amor es la base en todas las historias. Este sentimiento se muestra en distintas facetas: desde el amor platónico hasta el triste desamor.

Algunos de estos cuentos tienen un tono alegre y cómico, pero otros tocan temas más fuertes, reflejos de la realidad actual. Las personas que protagonizan estas historias son comunes y sencillas, como, por ejemplo: un viajero, una lechera, un joven músico, niños y sus mejores amigos; cada una de ellas con un atractivo particular.

Entre los relatos destacan: La lengua de las mariposas, una historia entre un infante y su maestro, que se ve afectada por los destrozos de los años 30. Este cuento fue adaptado con éxito a la pantalla grande por Antón Reixa. Por último, cabe destacar, que esta recopilación fue traducida en más de treinta idiomas y permitió que el autor fuera reconocido en el mundo literario.

El lápiz del carpintero (2002) Es una novela romántica que además muestra la realidad de los presos republicanos de la cárcel de Santiago de Compostela, en el año 1936. La historia es narrada en primera y tercera persona por dos personajes principales: el Dr. Daniel Da Barca y Herbal. También forman parte importante de la trama: Marisa Mallo y el Pintor —recluso que dibuja varios escenarios con un lápiz de carpintero—.

Las voces bajas (2012)

Es un relato autobiográfico de las vivencias del autor y su hermana María, desde la niñez hasta la edad adulta en La Coruña. La historia está descrita en veintidós capítulos cortos, con títulos que dan un ligero preámbulo a su contenido. En la novela, el protagonista muestra sus miedos y distintas experiencias a su familia; muchas de estas con tono triste y nostálgico.

 

Principales obras de Juan Ramón Jiménez

Por Juan Ortiz en Actualidadliteratura (05/04/2021)

Cuando un internauta busca “principales obras Juan Ramón Jiménez”, los resultados apuntan a sus tres títulos más conocidos. Es decir, La soledad sonora (1911), Platero y yo (1914) y Diario de un poeta recién casado (1916). En ellos es posible identificar los rasgos más notorios de su estilo: subjetividad, perfeccionismo, contemplación, búsqueda de eternidad y “la belleza de la fealdad”.

Sin embargo, dentro de cualquier revisión literaria podría resultar muy sesgado limitarse únicamente a las publicaciones mencionadas. Al fin y al cabo, se trata de las letras de un ganador del Premio Nobel de Literatura. Además, en cada una de sus etapas creativas —sensitiva (1889 – 1915), intelectual (1916 – 1936) y verdadera (1937 – 1958) — publicó varios escritos trascendentales en su tiempo.

Datos biográficos

Juan Ramón Jiménez nació en Moguer, (Huelva) el 23 de diciembre de 1881. Sus padres, Víctor Jiménez y Purificación Mantecón López-Parejo, se dedicaban al comercio de vino. El pequeño Juan Ramón cursó primaria en el Colegio de Primera y Segunda Enseñanza de San José. Luego, pasó al Instituto “La Rábida” de Huelva y estudió bachillerato en la academia San Luis Gonzaga del Puerto de Santa María.

Inicialmente, Jiménez creyó que su vocación era la pintura; con ello en mente, se trasladó a Sevilla en 1896. No obstante, al poco tiempo completó sus primeros escritos en prosa y en verso y luego se hizo colaborador de varios periódicos y magazines andaluces. En paralelo, inició —por imposición paterna— la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla (la abandonó en 1899).

Depresión

En 1900 se mudó a Madrid, en donde publicó Ninfeas y Almas de violeta, sus primeros dos libros. Ese mismo año se sumió en una profunda depresión tras la muerte de su padre y posterior pérdida de todo el patrimonio familiar en un litigio con el Banco de Bilbao.

En consecuencia, Jiménez fue internado en un hospital psiquiátrico en Burdeos y posteriormente en el Sanatorio del Rosario de la capital española. De hecho, la depresión fue un padecimiento frecuente a lo largo de la vida del poeta. Especialmente, tras el estallido de la Guerra Civil con la posterior consolidación de la dictadura franquista y la muerte un sobrino en ese conflicto bélico.

El rompecorazones

Previo a convertirse en un verdadero casanova, el escritor andaluz estuvo muy enamorado de Blanca Hernández Pinzón, referida en sus versos como la “novia blanca”. Después, él “no discriminó” ni procedencia, ocupación o estado civil para sus conquistas amorosas. Las tuvo de todo tipo: mujeres casadas, solteras, extranjeras, e incluso —según José A. Expósito, su editor— hasta con monjas.

Etapas literarias

Etapa sensitiva (1898 – 1915)

Las vivencias de donjuán de Jiménez fueron importantes debido a las letras que las reflejan, especialmente en Libros de amor (1911-12), estructurado en 104 poemas. Esta fue su más prolífica. En ella reflejó la corriente modernista y el simbolismo literario de aquel tiempo junto al evidente influjo de Gustavo Adolfo Bécquer.

Asimismo, al final de esta etapa se nota la influencia simbolista francesa encarnada por intelectuales como Charles Baudelaire o Paul Verlaine, entre otros. Por consiguiente, en sus trabajos hay mucha relevancia del paisaje y de los recursos idealizados, en donde la melancolía es un sentimiento constante.

La soledad sonora (1911)

Este es uno de los poemarios menos estudiados de Jiménez, pero, no por ello menos relevante. Puesto que las formas presentes en la pieza, así como su contenido, reafirman el distanciamiento del poeta con la “herencia” modernista. Por ende, esta obra representa la apertura de una renovación poética muy audaz para su época.

Fragmento:

“El oro de la tarde se va poniendo rosa;

la verdura está quieta y el azul está frío;

y en la ilusión del sol, vuela una mariposa

elegiaca, indolente, transparente”…

Platero y yo (1914)

Es considerado por los académicos como uno de los textos líricos más importantes en español de todos los tiempos. Igualmente, para Jiménez significó una pieza de transición desde el modernismo literario hacia una forma expresiva cargada de sentimientos nobles y de densidad descriptiva. Por ello, Platero parece una historia para niños, pero, ciertamente, no lo es (afirmado por el propio autor).

Por otra parte, a pesar de las constantes referencias a su Andalucía natal y de ciertas coincidencias personales, tampoco es un relato autobiográfico. En realidad, Jiménez creó una poesía en prosa verdaderamente sublime, carente de un orden cronológico. Mas, el tiempo parece transcurrir eternamente hacia adelante, en donde los comienzos y los finales están representados por las estaciones.

Fragmento:

REBA“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría que es de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro” (…) “Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…, pero seco y fuerte por dentro como una piedra”.

Otras obras de la etapa sensitiva

Rimas (1902).

Arias tristes (1902).

Jardines lejanos (1904).

Melancolía (1912).

Laberinto (1913).

Etapa intelectual (1916 – 1936)

En este período —bautizado así por él mismo— el poeta andaluz fue marcado profundamente por varios hechos trascendentales. El primero, su primera expedición a América y el acercamiento hacia la poesía anglosajona de autores como Blake, Yeats, E. Dickinson y Shelley, entre otros.

El segundo suceso fue su matrimonio con Zenobia Camprubí, su fiel compañera hasta sus últimos años. Por último, el mar se convirtió en una motivación crucial, pues para Jiménez el océano significó vida, intimidad, soledad, dicha y el tiempo presente perpetuo.

Diario de un poeta recién casado (1917)

Como su nombre lo indica, en esta obra Jiménez manifestó el impacto producido por su recién consumado matrimonio con Camprubí. Del mismo modo, la modernidad de New York transformó su concepción del mundo y propició el surgimiento de una lírica desprovista de adjetivos ornamentales. En donde el uso de sustantivos desnudos tiene el propósito de evocar imágenes elementales.

Adicionalmente, Juan Ramón Jiménez se distanció de las formas poéticas tradicionales en detrimento de una mezcla sorprendente e innovadora de subgéneros (de allí su trascendencia). Semejante combinación simbolizó el ajetreo caótico incesante de una metrópoli llena de contrastes. Específicamente, en esta obra coinciden las formas líricas mencionadas a continuación:

 

  • Poemas en prosa
  • Versos
  • Microrelatos
  • Axiomas
  • Greguerías
  • Escritos extrapoéticos

Otras obras de la etapa intelectual

  • Estío (1916).
  • Sonetos espirituales (1917).
  • Eternidades (1918).
  • Piedra y cielo (1919).
  • Belleza (1923).
  • Canción (1935).

Etapa verdadera (1937 – 1958)

Se inició con el exilio de Jiménez junto a su esposa hacia el continente americano debido a la Guerra Civil española. Por consiguiente, se hizo palpable un cambio de energía en las letras un poeta muy afectado y triste por los acontecimientos de su país. En concordancia, sus creaciones se volvieron más místicas, reflexivas y espirituales.

Para empeorar la situación, su esposa falleció en 1956 después de una larga lucha contra el cáncer. Por ello, su depresión fue tal, que ni siquiera acudió a recibir el Premio Nobel de Literatura obtenido pocos días antes de enviudar. Esa introspección y desolación acompañó al poeta hasta el día de su muerte, ocurrida el 29 de mayo de 1958.

Títulos de la etapa verdadera

Voces de mi copla (1945).

La estación total (1946).

Romances de Coral Gables (1948).

Animal de fondo (1949).

Una colina meridiana (1950).

Leyenda (1978 – post mortem)

Este libro merece una mención especial debido a que es la revisión completa realizada por el propio Juan Ramón Jiménez de su obra (1896 – 1956). Fue publicado por Antonio Sánchez Romeralo y posteriormente recibió una edición corregida en 2006 de María Estela Arretche.

 

Los libros menos conocidos de Charles Dickens

Por Mariola Díaz-Cano Arévalo en ActualidadLiterartura.com

 Como todo el mundo sabe (o debería) hoy es el cumpleaños de Charles Dickens, el novelista inglés por excelencia y uno de los más grandes e importantes de la literatura universal. Nació el 7 de febrero de 1812 en Portsmouth y algunas de sus obras más famosas son David Copperfield, Oliver Twist, Historia de dos ciudades, Cuento de Navidad y Grandes esperanzas. Pero también tiene otros libros menos conocidos que vamos a repasar.

Charles Dickens fue sin duda el más perspicaz intérprete y contador de historias de su época y un gran y exitoso maestro en desarrollar el género narrativo, al que dotó también de humor e ironía, además de una muy aguda crítica a la sociedad.

Dickens gótico

También mostró interés por los fenómenos misteriosos, dramáticos y con su punto macabro. Y sin duda su obra más conocida es un cuento de fantasmas. Así que para empezar esta selección de libros menos conocidos, va este título.

Para leer al anochecer

Contiene 13 de las más célebres historias de fantasmas escritas por Dickens como El fantasma en la habitación de la desposada, El juicio por asesinato, El guardavías, Fantasmas de Navidad, El Capitán Asesino y el pacto con el Diablo, La visita del señor Testador o La casa encantada, entre otras.

 Dickens viajero

Estampas de Italia

Fue el resultado de casi un año de viaje por Italia en 1844. Dickens pretendió mostrar no solo un conjunto de historia y notas topográficas, sino un vibrante fresco de los lugares visitados.

Apuntes sobre América

En 1842 Charles Dickens y su esposa se embarcaron en el Britannia para conocer América. El viaje, de seis meses, los llevó a Boston, Nueva York y Washington, entre otras ciudades.

El escritor hizo un relato detallado mostrando una sociedad en pleno desarrollo de sus estructuras industriales, judiciales y sanitarias, y apuntando ya la futura hegemonía del país. Así, esa descripción es generosa cuando destaca aspectos en los que sobresale frente a la Inglaterra de su tiempo. Pero también critica las realidades contrarias al progreso o injustas, como la esclavitud.

Una muestra:

Bostón

Todas las instituciones públicas de Estados Unidos se caracterizan por su gran cortesía. La mayoría de las nuestras podría ser sujeto de una considerable mejora en este sentido, pero es sobre todo la Casa de la Aduana la que debería tomar un mayor ejemplo para volverse menos molesta y hostil con los extranjeros. Aunque la servil avaricia de los oficiales franceses sea ya de por sí despreciable, nuestros hombres hacen gala de una malhumorada y descortés falta de educación, desapacible a todos los que acuden a ellos, indigna de la nación que coloca a estos chuchos irascibles en sus propias puertas.

A mi llegada a los Estados Unidos, me impresionó el contraste que suponía esto con su aduana y con la atención, la educación y el buen humor de aquellos funcionarios que ejercían su deber.

Dickens costumbrista

La señora Lirriper

Tuvo un éxito enorme. Dickens creó este personaje para su revista All the Year Round. La señora Lirriper, al morir su marido lleno de deudas, abre una pensión en el 81 de la calle Norfolk, en Londres, para pagar a sus acreedores e iniciar una nueva vida. Y por allí desfilan una larga galería de personajes genuinamente dickensianos, desde el sabio doctor Goliath hasta el doctor Bernard, que ayuda a los más desesperados a quitarse la vida en unas lujosas cenas.

Dickens histórico

Barnaby Rudge

Calificada habitualmente como una de las dos novelas históricas escritas por Dickens, es sobre todo un melodrama tenebrista con crimen y misterio. Transcurre entre 1775 y 1780, fecha de los disturbios de Gordon, que se describen en la obra. Contiene dos de los temas preferidos de Dickens: el crimen privado y la violencia pública.

Así tenemos una primera parte donde se plantean el siniestro asesinato de Reuben Haredale, la oscura trama que une a los aristócratas Haredale y Chester, eternos enemigos, los romances interrumpidos y no afianzados o el personaje misterioso que acecha la felicidad de la familia de Barnaby.

Y la segunda parte continua con los disturbios de Gordon, revuelta promovida por lord Gordon en contra de los católicos británicos, que envuelve a la multitud y a los distintos personajes, a los que saca los sentimientos más nobles y los más despiadados.

Dickens principiante

Los papeles de Mudfog

Los textos recogidos en este volumen (también referidos a otros asuntos de interés, además de a la Sociedad de la peculiar y ficticia ciudad de Mudfog) fueron publicados originalmente en la revista Bentley’s Miscellany entre 1837 y 1939. Fue una época crucial en la vida personal y profesional de Dickens, que aún firmaba con el seudónimo Boz, y fue su editor. En ella, el escritor dejó de ser un autor principiante y empezó a disfrutar del reconocimiento y el éxito. Estos textos se publicaron como libro en 1880, diez años después de su muerte.

 

Se ha cumplido un siglo de su nacimiento 

Patricia Highsmith

Si hubiese escrito hoy, la habrían linchado

Por Karina Sáinz Borgo en voxpopuli.com (19-01-2021)

A los 14 ya había leído Crimen y castigo, de Dostoievski; Los falsificadores de moneda, de André Gide, y La mente humana, de Karl Augustus Menninger, un autor que marcó su obra. A los 24 publicó su primer relato en Harper´s Bazaar y dos años después su primera novela: Extraños en un tren, adaptada en 1951 por Alfred Hitchcock. Es ella: Patricia Highsmith (1921-1995), indispensable, inconfundible, oscura como  sus personajes y brillante como una daga. Nacida un 19 de enero de 1921, sus personajes hoy arrancarían grititos de espanto a quienes pretendan leerla en clave moral o reivindicativa. Cuenta lo más oscuro, se vale de personajes que sujetan al lector por la fuerza con la que están escritos.

Las criaturas de Highsmith son extrañas. Desde los dos desconocidos que encuentran a bordo de un tren: Bruno, un alcohólico y  homosexual  con problemas edípicos, que desea matar a su padre y Guy, un ambicioso campeón de tenis que quiere asesinar a su mujer hasta Tom Ripley, un tímido joven neoyorquino quien, tras acceder a la petición que le hace un multimillonario para convenza a su hijo Dickie -que está viviendo una bohemia dorada en Italia- para que regrese al hogar, experimenta una profunda transformación sostenida en crímenes y asesinatos.

Los elementos esenciales de su universo novelístico se desgranan en el crimen que irrumpe en lo cotidiano y la maldad despojada de cualquier redención. "El mundo de Highsmith carece de desenlaces morales; nada tiene en común con el de sus pares: Hammet y Chandler. Tampoco sus detectives (a veces monstruos de la crueldad como el teniente norteamericano Corby en El cuchillo o criaturas racionales, anodinas y amables como el inspector británico Brockway) tienen nada que ver con los  románticos y desilusionados detectives que, según sabemos, acabarán triunfando sobre el mal y asegurándose de que se haga justicia, aun cuando deban enviar a una de sus amantes a la silla eléctrica", escribió Graham Greene de sus relatos.

La naturaleza del mal en Highsmith es profundamente más humana y compleja, y de ahí proviene al aliento del suspense, de los hilos que forman la urdimbre de sus criaturas. El crimen puede provenir de la enfermedad o la obsesión, como es el caso de los relatos que forman parte de Once, el primer libro de cuentos, y en el que todas las acciones están impulsadas por algún tipo de compulsión o por un fuerte elemento emocional, como ocurre a los personajes de A merced del viento: a joven viuda preocupada por los peligros de un estanque para su hijo pequeño, o del rico jubilado que se retira al campo y se enfrenta con su vecino, o de una familia rota por el alcohol. En cada caso, la maldad se despliega como parte de una situación elemental, doméstica, individual.

Perfeccionista, ñoña, paridora...

Tanto en sus Pequeños cuentos misóginos, como en otros de sus textos, Highsmith hace uso de la escala doméstica para acrecentar el suspense, de ahí que todo ocurra en un entorno aparentemente confortable e idílico y da un vuelco a las convenciones sobre el carácter femenino, que construye a partir de una serie de tópicos: la perfeccionista, la ñoña, la paridora, la perfecta señorita, "la prostituta autorizada o la esposa", la novelista, la bailarina. Son piezas fulminantes, incluso hasta contraindicadas para los aseados lectores que desean fumigar el mundo de incorrección, y en las que la escritora destripa la naturaleza autodestructiva femenina, la oscura soledad de esos personajes afectivamente contrahechos, capaces también de una crueldad que acaricia lo macabro. Son textos muy breves, de apenas cuatro folios y que sorprenden al lector. Ocurre, por ejemplo, en el relato El ama de casa de clase media, en cuyo desarrollo alcanza críticas mordaces refutadas por desenlaces inesperados y en ocasiones hilarantes, como la lata de judías blanca estrellada en la frente de Pamela Thorpe.

Un bailarín que estrangula a su pareja en pleno número de tango, ante los ojos del público. Margot, esa mujer a la que paraliza por igual convocar una fiesta como hacer calceta, consumida por la obsesión de lo perfecto, lo inmaculado. La evangelizadora Diana Redfern, que recibe una revelación en medio de la lluvia y que termina subiéndose a una cornisa como su último púlpito. Mujeres solas y rodeadas; desquiciadas y solitarias guardianas de sí mismas; confinadas a una locura que no es del todo suya, pero que con la que igual le prenden fuego a lo que las rodea.  Un bestiario de carmín, hornilla y Prozac... que hoy no sentaría nada bien. La pulpa, lo violento, lo incómodo es rechazado. Resulta preferible boicotearlo a comprenderlo. Y Puede que a ella le hicieran pagar ese precio.

En 2015 el sello Círculo de Tiza publicó Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio, un libro que desentraña la arquitectura y el andamiaje detrás de la ficción y en el que Highsmith dice a su esperanzado  y novato lector: "Si no eres capaz de entretener, no escribas". En esa sola frase, lo ha dicho todo de su obra: esa máquina inmensa y precisa cuyas piezas jamás escucharemos chirriar.

 

Antonio Muñoz Molina. Fragmentos de sus obras

Mariola Díaz-Cano Arévalo en actualidadliteratura (10-01-2021)

Antonio Muñoz Molina nació un día como hoy, 10 de enero, de 1956, en Úbeda (Jaén). Es uno de los grandes novelistas españoles contemporáneos, además de académico de la RAE, y director del Instituto Cervantes en Nueva York durante algunos años. Así, que para celebrarlo, selecciono algunos fragmentos de sus obras más conocidas como Beltenebros, El jinete polaco o Plenilunio, una de mis novelas preferidas.

Beatus ille

Usted, que no conoció aquel tiempo, que tenía el derecho de carecer de memoria, que abrió los ojos cuando la guerra estaba ya terminada y todos nosotros llevábamos varios años condenados a la vergüenza y a la muerte, desterrados, enterrados, presos en las cárceles o en la costumbre del miedo. Ama la literatura como ni siquiera nos es permitido amarla en la adolescencia, me busca a mí, a Mariana, al Manuel de aquellos años, como si no fuéramos sombras sino criaturas más verdaderas y vivientes que usted mismo. Pero ha sido en su imaginación donde hemos vuelto a nacer, mucho mejores de lo que fuimos, más leales y hermosos, limpios de la cobardía y de la verdad.

Beltenebros

Cumplí mi parte de la crueldad y destrucción y merecí la vergüenza. Los efectos del amor o de la ternura son fugaces, pero los del error, los de un solo error, no acaban nunca, como una carnívora enfermedad sin remedio. He leído que en las regiones boreales, cuando llega el invierno, la congelación de la superficie de los lagos ocurre a veces de una manera súbita, por un golpe de azar que cristaliza el frío, una piedra arrojada al agua, el coletazo de un pez que salta fuera de ella y al caer un segundo después ya es atrapado en la lisura del hielo.

El jinete polaco

Ellos me hicieron, me engendraron, me lo legaron todo, lo que poseían y lo que nunca tuvieron, las palabras, el miedo, la ternura, los nombres, el dolor, la forma de mi cara, el color de mis ojos, la sensación de no haberme ido nunca de Mágina y de verla perderse muy lejos, al fondo de la extensión de la noche.

Ardor guerrero

Desde que supe adónde me había destinado mi mala suerte yo compraba cada mañana el periódico o conectaba la radio o el televisor a la hora de las noticias con un agudo presentimiento de alarma y algunas veces de pavor: casi diariamente explotaban bombas y morían asesinados oficiales del ejército, policías y guardias civiles, y se veía siempre un cadáver tirado en la acera en medio de un charco de sangre y mal tapado por una manta gris, o caído contra el respaldo del asiento trasero de un coche oficial, la boca abierta y la sangre chorreando sobre la cara, una pulpa de carne desgarrada y de masa encefálica tras el cristal escarchado y trizado por los disparos.

Plenilunio

Casi sin darse cuenta había empezado a acariciarla mientras hablaban en voz baja, tan lentamente como ella entraba en calor, los pies muy fríos enredados a los suyos, y al ir siguiendo con los dedos ahora más sensitivos y audaces el tacto de la piel y las sinuosidades ya familiares que buscaba y reconocía luego con los labios, volvió a acordarse, ahora sin miedo ni vergüenza, sólo con dulzura, casi con agradecimiento, de los sueños eróticos de los catorce años, y le pareció que la veía a ella como era ahora mismo y como había sido la primera vez que unos ojos masculinos la vieron desnuda. Lo perdía todo, se despojaba de todo, igual que al desnudarse ella había dejado caer al suelo las bragas y el sujetador y se había aproximado a él como emergiendo de las prendas abandonadas e inútiles, caídas a sus pies con un rumor de gasa. No había urgencia, ni incertidumbre, ni ademanes de fiebre o ansiosa brutalidad. La veía moverse oscilando, erguida, acomodándose despacio encima de él, el pelo sobre la cara, mezclado con la sombra, los hombros hacia atrás, las dos manos que le sujetaban con fuerza los muslos.

 

Paulo Coelho, el escritor más leído en lengua portuguesa

Por Juan Ortiz en Actualidadliteratura. com

El camino del arquero (2020) es el último de los libros de Paulo Coelho. Al igual que gran parte de los títulos previos del escritor superventas brasileño, es una obra de lectura rápida e intención reflexiva (autoconclusivo). Asimismo, se trata de una publicación no exenta de críticas, lo cual ha sido una situación recurrente en la aclamada trayectoria literaria del autor sudamericano.

Las voces contrarias a la “fórmula Coelho” señalan tres características negativas del literato paulista (si son justas o relevantes, ya parece un asunto completamente subjetivo). Primero, el uso de un lenguaje muy rudimentario. Segundo, una —supuesta— carencia de profundidad de ideas. Y, tercero, se le acusa de manejar recursos estilísticos limitados.

Probablemente, el aspecto más irritante para los detractores de Paulo Coelho son sus impresionantes números editoriales e innumerables galardones coleccionados a nivel internacional. Hasta la fecha, ha superado las 320 millones de copias comercializadas en más de 170 naciones y traducidas a 83 idiomas.

Igualmente, Coelho es el escritor con mayor alcance en redes sociales (acumula 29,5 y 15,5 millones de seguidores solamente en Facebook y Twitter, respectivamente). Por lo tanto, resulta una temeridad criticar a un autor con una facilidad tan evidente para tocar la sensibilidad de su gigantesca audiencia. No en vano, desde 2002 forma parte de la Academia Brasileña de las Letras.

Síntesis biográfica

Paulo Coelho de Souza vio la luz por primera vez el 24 de agosto de 1947, en Río de Janeiro. Estudió primaria en el colegio jesuita San Ignacio de su ciudad natal. Es hijo de Pedro Queima Coelho de Souza y Lygia Araripe. Ellos —sus padres— pretendían que fuese ingeniero. Cuando el joven Paulo exteriorizó su firme vocación literaria, su progenitor lo envió (hasta en dos ocasiones) a un internado psiquiátrico.

Obviamente, el futuro escritor no tenía ninguna enfermedad mental como presumió su padre. Sin embargo, no fue la única ocasión en la cual Coelho estuvo encerrado, pues en 1972 fue secuestrado y torturado por secuaces de la dictadura de Branco. Antes de ese episodio, Paulo hizo teatro, periodismo, música (junto a Raúl Seixas), estudió brevemente derecho y fue activista político.

Luego de trabajar en una disquera, contraer matrimonio dos veces y residir en ciudades como Londres o Ámsterdam, Coelho completó el Camino de Santiago en 1986. Un año después, lanzó su primer libro, El peregrino de Compostela (bautizado originalmente O Diário de um Mago). Inicialmente, este título apenas se vendió, aunque tras el éxito de sus siguientes libros fue reeditado varias veces.

Brida y El Alquimista

El título consagratorio de Paulo Coelho no recibió mucha atención tras su lanzamiento. De hecho, el boom llegó en 1990 con la publicación de Brida y la irrupción de una editorial, Rocco, con mejor estrategia publicitaria que consiguió la atención de la prensa y llevó a El alquimista y a El peregrino de Compostela a la cima de los rankings de best sellers.

El argumento de El alquimista está basado en los propios estudios de alquimia realizados por el escritor brasilero durante poco más de una década. La magnitud de este libro es tal, que es considerado el más vendido en la historia de Brasil y —según el Jornal de Letras de Portugal— en idioma portugués. Actualmente, ostenta el récord de la obra más traducida (80 idiomas) de un escritor vivo.

A orillas del río Piedra me senté y lloré (1994)

Este libro representó la consolidación de la carrera de Coelho a nivel internacional. Relata la historia de Pilar, una joven universitaria un poco desganada con sus estudios y con su vida. Pero, el encuentro con un amigo de la infancia (ahora transformado en un respetado guía espiritual) es el comienzo de una cautivadora y reveladora travesía en los Pirineos franceses.

La Quinta Montaña (1996)

El texto cuenta la marcha del profeta Elías desde su salida de Israel (por mandato Divino) a través del desierto hasta la Quinta Montaña. En el camino, una serie de acontecimientos despiertan las dudas del protagonista con respecto al mundo supersticioso y lleno de conflictos religiosos que habita. En el momento cumbre, se encuentra frente a frente con el Creador.

Veronika decide morir (1998)

Es el segundo libro de la trilogía En el séptimo día, narra el redescubrimiento de una nueva razón para vivir por parte de su protagonista, Veronika. A decir verdad, el título no puede ser más explícito. Puesto que el personaje principal toma la decisión de suicidarse a pesar de haber tenido, y poseer, cuanto deseó en la vida.

Once minutos (2003)

Es un texto que se adentra en las causas “misteriosas” de determinados sucesos en la vida de las personas. Para ello, se centra en el camino de María, quien deja a su hijo en un pueblito rural de Brasil con la idea de construirse un mejor futuro en Río de Janeiro. Pero el periplo de la protagonista la lleva hasta Ginebra (Suiza) en medio de un espiral de sueños rotos y prostitución.

El vencedor está solo (2008)

La historia transcurre en solo 24 horas. El personaje principal del libro es Igor, un empresario ruso muy exitoso, que intenta recuperar el amor de su vida, Ewa, su ex esposa. En el desarrollo de los acontecimientos, el desesperado protagonista se muestra dispuesto a realizar, literalmente, cualquier cosa. Al final, la fascinación por convertirse en una celebridad siempre, ha sido lo menos relevante.

La espía (2016)

En esta ocasión, Coelho se adentra en la historia de Mata Hari, la legendaria espía doble de la Primera Guerra Mundial. Específicamente, la narración describe enigmáticos viajes de esta mujer a lugares como Java o Berlín, hasta su enjuiciamiento (sin pruebas incriminatorias contundentes) en París.

Otros libros de Paulo Coelho

Casi todos los títulos mencionados en la siguiente lista (ordenada cronológicamente) han sido galardonados o reconocidos de alguna manera. Ciertamente, hace falta un artículo aparte para reseñar todos los libros de Paulo Coelho.

Brida (1990).

Valquirias (1992).

Maktub (1994).

El Manual del Guerrero de la Luz (1997).

El demonio y la señorita Prym (2000).

El Zahir (2005).

La bruja de Portobello (2007).

Como el río que fluye (2008).

El camino del arco (2009).

Historias para padres, hijos y nietos (2009).

Aleph (2011).

El manuscrito encontrado en Accra (2012).

Adulterio (2014).

Hippie (2018).

El camino del arquero (2020).

Algunos de los reconocimientos más importantes que ha recibido

Caballero de las Artes y las Letras de Francia (1996).

Medalla de Oro de Galicia (1999).

Desde 1998 participa en el Foro Económico Mundial, esta misma organización le concedió el Crystal Award de 1999.

Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor (Francia, 2000).

Orden de Honor de Ucrania (2004).

Orden francesa de las Artes y las Letras (2003).

Nombrado “mensajero de la paz” en competencia de “diálogo intercultural” de las Naciones Unidas (2007).

Nominado en 2017 por la Fundación Albert Einstein como uno de los 100 visionarios más relevantes de nuestra época.

Emily Dickinson

 

Emily Dickinson es una de las poetisas más importantes de la historia de la literatura norteamericana y universal, al nivel de sus compatriotas Edgar Allan Poe o Walt Whitman. El 11 de diciembre de 1830 nacía en la ciudad de Amherst, Massachusetts.

Su obra estuvo marcada por su educación, que aunque entre grandes figuras intelectuales, fue en un ambiente muy puritano. De vida recluida, también lo fue su producción, que se editó ya después de su muerte. Pero es mejor leerla que hablar sobre ella. Así que ahí va esta selección de algunos de los muchos poemas cortos que escribió.

Fue hija y nieta de relevantes figuras de la época, pero esa educación en un estricto y cerrado ambiente la convirtió en una persona solitaria y nostálgica. A raíz de eso tampoco tuvo muchas amistades. Entre ellas estuvo la del reverendo Charles Wadsworth,  quien influyó bastante en su pensamiento y poesía. También admiró a los poetas Robert y Elizabeth Barrett  Browning, a John Keats, así como los escritos de Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau, y la de los novelistas Nathaniel Hawthorne y Harriet Beecher Stowe.

Su obra va desde el convencionalismo de sus principios en cuanto a forma y contenido hasta la sublimación y derivación del amor -o desamor- terrenal hacia Dios. También es producto de su soledad vital buscada por voluntad propia. Y a veces fluctúa entre la luz y transparencia y la complejidad más intelectual. Pero nada quita un ápice a su sensibilidad. Estos son algunos poemas que son siempre cortos.

 

SELECCIÓN DE POEMAS

El cielo está bajo

El cielo está bajo, las nubes son feas;

un viajero copo de nieve

a través de un granero o de un surco

debate si irá.

Un flaco viento se queja todo el día

de cómo alguien lo trató.

La Naturaleza, como nosotros, es a veces atrapada

sin su diadema.

Saber llevar nuestra porción de noche

Saber llevar nuestra porción de noche

o de mañana pura;

llenar nuestro vacío con desprecio,

llenarlo de ventura.

Aquí una estrella, y otra estrella lejos:

alguna se extravía.

Aquí una niebla, más allá otra niebla,

pero después el día.

Fue muy tarde para el Hombre

Fue muy tarde para el Hombre

pero temprano todavía para Dios

La Creación, impotente para ayudar

pero la plegaria quedaba de nuestro lado

Qué excelente el Cielo

cuando la Tierra no se puede tener

Que hospitalario, entonces, el rostro

de nuestro viejo vecino, Dios.

Certidumbre

Yo jamás he visto un yermo

y el mar nunca llegué a ver

pero he visto los ojos de los brezos

y sé lo que las olas deben ser.

Con Dios jamás he hablado

ni lo visité en el Cielo,

pero segura estoy de a dónde viajo

cual si me hubieran dado el derrotero.

Que yo siempre amé

Que yo siempre amé

yo te traigo la prueba

que hasta que amé

yo nunca viví -bastante-

que yo amaré siempre

te lo discutiré

que amor es vida

y vida inmortalidad

esto -si lo dudas- querido,

entonces yo no tengo

nada que mostrar

salvo el calvario

Ensueño

Para fugarnos de la tierra

un libro es el mejor bajel;

y se viaja mejor en el poema

que en el más brioso y rápido corcel

Aun el más pobre puede hacerlo,

nada por ello ha de pagar:

el alma en el transporte de su sueño

se nutre sólo de silencio y paz.

En mi flor me he escondido

En mi flor me he escondido

para que, si en el pecho me llevases,

sin sospecharlo tú también allí estuviera…

Y sabrán lo demás sólo los ángeles.

En mi flor me he escondido

para que, al deslizarme de tu vaso,

tú, sin saberlo, sientas

casi la soledad que te he dejado.

Los sueños son el sutil don

Los sueños son el sutil don

que nos vuelve ricos por una hora

luego nos arrojan pobres.

Afuera de la púrpura puerta

En el precinto frío

Anterior antes poseído.

Virginia Woolf

Virginia Woolf fue una escritora británica que vivió durante la primera mitad del siglo XX, puntualmente en las décadas de 1910, 1920 y 1930, aunque algunas de sus obras se publicaron póstumamente. Es una de las más destacadas figuras de la literatura modernista europea, a la par de Thomas Mann o James Joyce.

Perteneció al grupo de artistas e intelectuales vanguardistas llamado el Círculo de Bloomsbury, del que también formaron parte Roger Fry, Clive Bell, Duncant Grant, Bertrand Russell y Vanessa Bell, hermana de la escritora. Fue también fundadora, junto a su esposo Leonard Woolf, de la editorial Hogarth Press.

Más allá de la narrativa tradicional

Virginia Woolf Escribió principalmente novelas, cuentos y ensayos. Sus obras se caracterizan por romper la línea narrativa tradicional (presentación de personajes – nudo – desenlace) y centrarse en la vida interna de sus personajes, a quienes muestra a través de monólogos interiores y sucesos cotidianos.

Es también una figura emblemática del movimiento feminista de la década de 1970, cuando se revalorizó su obra.  De hecho, sus libros están entre las mejores obras feministas. Esta relevancia dentro del feminismo se debe principalmente a su ensayo Una habitación propia, en el que plantea las dificultades a las que se enfrentaban las escritoras en su época por su condición de mujeres.

Biografía

Adeline Virginia Stephen nació en Kensington, Londres, el 25 de enero de 1882. Fue hija de Leslie Stephen, también escritor, y de Julia Prinsep Jackson, quien solía modelar para pintores prerrafaelitas. Creció rodeada de libros y obras de arte. No asistió formalmente a instituciones educativas, sino fue educada en casa por sus padres y profesores particulares.

Desde su juventud fue propensa a sufrir episodios depresivos y mostró síntomas asociados a trastornos de la personalidad. Aunque estas circunstancias no mermaron sus capacidades intelectuales, sí le provocaron problemas de salud y finalmente la llevaron al suicidio en 1941.

Tras la muerte de sus padres, fue a vivir con sus hermanos Adrián y Vanessa al domicilio de esta última en la calle Bloomsbury. Allí entabló relación con diversos escritores, artistas y críticos, quienes conformaron el famoso Círculo de Bloomsbury. Este grupo estuvo integrado por personalidades de distintas ramas del conocimiento y las artes. Tenían en común la crítica (muchas veces satírica) que mostraban en su trabajo hacia el puritanismo y los valores estéticos victorianos.

En ese ambiente conoció al destacado editor y escritor Leonard Woolf, con quien contrajo matrimonio en 1912, cuando Virginia tenía 30 años de edad. En 1917 fundaron juntos la editorial Hogarth Press, que llegaría a ser una de las más importantes del Londres de la época. Publicaron allí la obra de ambos, además de la de otros notables escritores de la época como Sigmund Freud, Katherine Mansfield, T. S. Elliot, Laurens van der Post y traducciones de literatura rusa.

Durante la década de 1920 tuvo una relación sentimental con la escritora Victoria Sackville-West, a quien dedicó su novela Orlando. Este hecho no provocó la ruptura de su matrimonio, ya que tanto ellos como sus colegas estaban en contra de la exclusividad sexual y la severidad de la era victoriana.

En el año 1941 sufrió un prolongado episodio depresivo, el cual se vio agravado, entre otros motivos, por la ruina de su casa durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. El 28 de marzo de ese año se suicidó ahogándose en el río Ouse. Sus restos reposan en Sussex, bajo un árbol.

Su obra

Virginia Woolf escribió diez novelas: Fin de viaje (1915) Noche y día (1919) El cuarto de Jacob (1922) La señora Dalloway (1925) Al faro (1927) Orlando (1928) Las olas (1931) Flush (1933) Los años (1937) y Entre actos (1941)

Así como numerosos cuentos que han sido publicados en diferentes compilaciones, entre las que figuran: Kew Gardens (1919), Monday or Tuesday (1921), The New Dress (1924), A Haunted House and Other Short Stories (1944), Mrs. Dalloway’s Party (1973) y The Complete Shorter Fiction (1985).

Publicó además una biografía de su colega Roger Fry en 1940 y numerosos ensayos y textos de no ficción, entre los que destacan: Modern Fiction (1919), El lector común (1925), Una habitación propia (1929), Londres (1931), La muerte de la polilla y otros escritos (1942) o  Las mujeres y la literatura (1979) Actualmente se pueden conseguir sus obras completas de libre descarga.

Lo más destacado

La señora Dalloway fue la primera de las novelas de Virginia Woolf en lograr gran reconocimiento de la crítica y del público tras su publicación en 1925, al punto de ser considerada un clásico de la literatura del siglo XX.

En ella se narra un día en la vida de Clarissa Dalloway, una dama de la sociedad londinense, esposa de un diputado. Aunque la vida de la protagonista es banal y a lo largo del relato no ocurre nada históricamente trascendente, la riqueza de esta obra reside en el hecho de que está narrada desde los pensamientos y percepciones de los personajes, lo que vuelve una historia común en algo etéreo, a la vez cercano al lector y universal.

En La Señora Dalloway tienen cabida la fantasía, las celebraciones y la tragedia todo desde lo cotidiano. Como se narra a partir de pensamientos, sucede en varios tiempos y ofrece una impresión de la vida de la clase alta londinense después de la Primera Guerra Mundial. Sus imágenes propias de la poesía y su novedosa narrativa le colocan en una línea similar al Ulises de James Joyce.

Orlando es una novela que relata las desventuras y viajes de un aristócrata inglés, que vive desde el periodo isabelino hasta el siglo XX. En este tiempo pasa de ser un prolífico escritor cortesano a embajador en Turquía, donde una mañana despierta como mujer. El hecho de ser mujer le trae muchísimas dificultades a la hora de intentar adquirir propiedades, y a medida que pasan los siglos conlleva a otros tantos obstáculos y negaciones.

Se trata de una parodia de las grandes biografías de personajes históricos. Está cargada de referencias a la literatura clásica, particularmente a Shakespeare y trata temas polémicos para aquella época como la homosexualidad y los roles de género.

Las olas, publicada en 1931, tras La Señora Dalloway y Al faro, completa la trilogía de novelas experimentales de Virginia Woolf. Está considerada por  muchos críticos como su obra más compleja.

Esta novela relata la historia de seis amigos (Rhoda, Bernard, Louis, Susan, Jinny y Neville) a través de sus propias voces. Los personajes revelan su vida, sus sueños, miedos y pensamientos mediante monólogos. Pero no se trata de monólogos tradicionales al estilo del teatro, sino de pensamientos e ideas sueltas que se van conectando y brindan al lector poco a poco un dibujo del mundo interior de cada personaje.

Al igual que La Señora Dalloway se trata de una novela imprescindible para conocer y estudiar la narrativa vanguardista europea y la literatura del siglo XX en general